EL VALOR DE EDUCAR

  «Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres del mañana»

Platón

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La reflexión a que llamo a la comunidad académica se orienta a posibilitar una percepción y una visión diferente de los educadores, concebidos como intelectuales orgánicos comprometidos en la construcción de una nueva sociedad.

En todos los tiempos el interés por la problemática educativa y la formación de los intelectuales ha sido constante, de tal manera que F.Nietzche, escribió en forma casi problemática que “llegará el día que la política sólo se planteará problemas de educación”.

El valor de la educación como bien lo considera el señor Fernando Savater expresado en 6 capítulos, a saber: el aprendizaje humano, los contenidos de la enseñanza, el eclipse de la familia, la disciplina de la libertad, hacia una humanidad sin humanidades y educar es universalizar deja ver una idea clara del deber ser de la educación contemporánea y de la responsabilidad que tiene quien tiene la difícil tarea de enseñar.

A mi juicio en este documento lo que se quiere expresar teniendo un fundamento inspirado en los valores que se perpetua como una necesidad de replantear y superar los paradigmas que nos hacen olvidar de los viejos senderos que han servido de fundamento para las sociedades actuales. Somos producto de ese devenir histórico y como tal estamos llamados a la constante revisión y análisis de esa historia de la cual somos producto para no repetir los errores del pasado.

Ahora bien, en el aprendizaje humano, Savater afirma que, el ser “humano” es también un deber, la solidaridad es un rasgo propio de las personas” muy humanas”. Nacemos humanos pero no basta: tenemos también que llegar a serlo, y podemos fracasar en el intento o rechazar la ocasión misma de intentarlo, los humanos nacimos para la humanidad, hay que nacer para humano, sólo llegamos plenamente a serlo cuando los demás nos contagian su humanidad a propósito.

Ser humano consiste en la vocación de compartir lo que ya sabemos entre todos, Enseñar es siempre enseñar al que no sabe. La primera titulación requerida para poder enseñar es haber vivido.

Kant constata el hecho de que la educación nos viene siempre de otros seres humanos y señala las limitaciones que derivan de tal magisterio: las carencias de los que instruyen reducen las posibilidades de perfectibilidad por vía educativa de sus alumnos. El objetivo de la educación consiste en hacernos conscientes de la realidad de nuestros semejantes.

Es así, que la formación de los maestros como intelectuales debemos concebirla como un proceso formativo, educativo, alternativo y político, hecho que implica variar substancialmente el concepto tradicional de pedagogía y de formación utilizado en la mayoría de facultades de educación del país.

Gramsci, llegó a afirmar que: “el nivel de desarrollo de un pueblo se mide por el nivel de desarrollo de sus maestros”. El punto de partida de Gramsci es sencillo: “Todos los hombres son filósofos y políticos, esto es, en el mundo humano social, todos son portadores de una filosofía espontánea expresada en el lenguaje, en el sentido común, en el buen sentido, en la ideología, en la religión y en la cultura”.[1]

En cuanto a los contenidos de la enseñanza, Lo primero que la educación transmite es que no somos únicos, y lo segundo es que no somos los iniciadores de nuestro linaje. El tiempo es nuestro invento más característico más determinante y también más intimidatorio. El manejo del tiempo es la fuente de nuestra grandeza y el origen de nuestras miserias, y es un componente esencial de nuestros modelos mentales. La enseñanza está ligada intrínsecamente al tiempo. No hay aprendizaje que no implique conciencia temporal y que no responda directa o indirectamente a ella.

Una reflexión sobre los fines de la educación es una reflexión sobre el destino del hombre, sobre el puesto que ocupa en la naturaleza, sobe las relaciones entre los seres humanos.

Por otra parte, en el eclipse de la familia, tal como lo llama Fernando Savaterlas cosas se aprenden de un modo bastante distinto a como luego tiene lugar el aprendizaje escolar.

Cifran dice “quien no muere joven, merece morir”. El espíritu del tiempo asegura hoy que quien no es joven ya esta muerto, pero para que una familia funcione educativamente es imprescindible que alguien en ella se resigne a ser adulto, este papel no puede decidirse por sorteo ni por una votación asamblearia.

La tarea de la escuela resulta el doble de complicada, por una parte tiene que encargarse de muchos elementos de formación básica de la conciencia social y moral de los niños que antes eran responsabilidad de la socialización primaria. Dentro de la violencia, una sociedad humana desprovista de cualquier atisbo de violencia sería una sociedad perfectamente inerte.

Esta falta de comprensión de lo que somos y lo que debemos ser ha impedido desarrollar nuestra capacidad de controlar la violencia, la contaminación, la miseria y pobreza humana que se observa de manera tan cruda en esa inmensa Colombia con la cual nos podemos sentir identificados y comprometidos.

Puedo  afirmar que son muy pocos los logros obtenidos hasta ahora, en la construcción de comunidades racionales, democráticas, participativas y felices en el país.

De lo anterior se hace indispensable tener una concepción diferente de la realidad, de la sociedad, de nuestra profesión, de nosotros mismos y de lo que hacemos. «Es necesario empezar a ver la realidad de otra manera, porque sólo cuando se ve la realidad de otra manera es posible cambiarla”.[2]

Por otra parte la disciplina de la libertad afirma Savater,la educación responde antes a los intereses de los educadores que a los de los educados. la educación es siempre un intento de rescatar al semejante de la fatalidad zoológica o de la limitación agobiante de la mera experiencia personal.

 El objetivo explícito de la enseñanza en la modernidad es conseguir individuos auténticamente libres, “ser libre no es nada, devenir libre lo es todo”. La libertad no es la ausencia original de condicionamientos, sino la conquista de una autonomía simbólica por medio del aprendizaje.

Los cambios pedagógicos contemporáneos apuntan a la formación no solo de competencias científicas y técnicas sino también de competencias sociales requeridas para asumir cambios materiales y culturales radicales. Esto exige del docente una gran responsabilidad y una gran flexibilidad, su compromiso con un proceso continuo de actualización y la disposición permanente a aprender y construir conocimiento sobre su propia practica. Esta exigencia nos lleva no solo a la valoración del trabajo y de su producto, sino al reconocimiento del otro. Se trata de desarrollar competencias no solo académicas sino también éticas en los educandos. Estas posiciones sitúan nuevamente en la educación la responsabilidad del desarrollo de las potencialidades futuras de la sociedad.

La paradoja de toda formación es que el yo responsable se fragua a partir de elecciones inducidas, por las que el sujeto aún no se responsabiliza.

El profesor no sólo enseña con sus meros conocimientos científicos, sino con el arte persuasivo de su ascendiente sobre quienes le atienden: debe ser capaz de seducir sin hipnotizar.

Ahora bien, las facultades que el humanismo desarrolla son la capacidad crítica de análisis, la curiosidad, el sentido de razonamiento lógico, etc.…

La principal cuestión no es el qué, sino el cómo enseñar. Cosets señala que un origen común del pedantismo es que gran parte de los profesores fueron alumnos demasiado buenos de la asignatura que ahora tienen que enseñar. El profesor que quiere enseñar una asignatura que empezar por suscitar el deseo de aprenderla. Lo principal es abrir el apetito cognoscitivo del alumno, pero sin agobiarlo.

Savater se cuestiona si no hay motivos para preocuparse de la decadencia de las humanidades y sobre tono del oscurecimiento del ideal de educación humanista, entendida como una formación integral de la persona y no sólo como su preparación restringida por urgencias laborales.

Los estudios humanísticos se basan en libros de origen humano y no divino, estos estudios han sufrido muchas transformaciones hasta llegar a la situación actual.

La gran, dice Fernando no hay educación si no hay verdad que transmitir. La metodología científica e incluso la simple cordura indican que las verdades no son absolutas sino que se nos parecen mucho.

Hay que potenciar en quienes aprenden la capacidad de preguntar, y preguntarse, esa inquietud sin la cual nunca se sabe realmente nada aunque se repita todo. Los humanos no somos problemas ni ecuaciones, sino historias.

La administración educativa debe esforzarse continuamente por mejorar los procesos administrativos y gerenciales, por elevar su calidad de gestión y satisfacer las necesidades y experiencias de los estudiantes.

La calidad requiere un juicio valorativo que viene dado por la evaluación; de ahí, la determinación de profundizar sobre la evaluación del sistema educativo y, por ende, de sus instituciones para su actualización y transformación como respuesta a las exigencias de la sociedad actual.

Deben incluirse en la formación del profesorado aquellas competencias no solamente de índole académica sino también competencias administrativas, gerenciales y éticas para que la educación sea de calidad. “Hoy, la calidad del producto educativo radica más en la formación permanente e inicial del profesorado que en la sola adquisición y actualización de infraestructuras”.[3]

El fomentar la lectura y la escritura entre los niños de hoy es una tarea de la educación humanista que resulta más fácil de elogiar que de llevar a la práctica. El principal encuentro entre los chicos y los libros se produce en los pupitres del colegio.

Para finalizar se considera como  universal le educación en la historia dehumanos de cazadores-recolectores educaban a sus hijos. John Dewey señalo “los que recibieron educación son los que la dan; los hábitos ya engendrados tienen una profunda influencia en su proceder.

La sociedad prepara a sus nuevos miembros del modo que le parece más conveniente para su conservación, no para su destrucción. La educación es siempre en cierto sentido conservador, por la sencilla razón de que es una consecuencia del instinto de conservación.

Hubert Hannoun dice que “la escuela no transmite exclusivamente la cultura dominante, sino más bien el conjunto de culturas en conflicto en el grupo del que nace”.

Quien pretende educar se convierte en cierto modo en responsable del mundo ante el neófito.  La educación nunca es neutral, y el maestro tampoco puede ser neutral. Según el catedrático el ideal básico que la educación actual debe conservar y promocionar es la universalidad democrática. Durante siglos la enseñanza ha servido para discriminar.

En la práctica docente se debe mirar la necesidad de analizar críticamente las concepciones y experiencias a fin de plantear pautas de orientación didáctica, tanto para elaborar tesis de grado como para desarrollar trabajos investigativos en los seminarios talleres de cursos. Se afirma que la investigación es el punto de partida y el eje articulador para la formación profesional de los educandos en los diversos niveles, lo mismo que para desarrollar proyectos de transformación e impacto a la comunidad.[4]

De lo anterior se colige que la educación no es simplemente un remedo o una simple y vulgar copia de lo que en realidad debe ser, que en la practica esta debe contener una enorme dosis afectiva, espiritual, moral y ética considerada por los grandes teóricos y estudiosos de la educación. La necesaria humanización del ser humano, para enseñar, primero hay que haber vivido, los temas: educación e instrucción, no pueden ir nunca separados, el papel imprescindible de la familia en la educación, La televisión como educador no es positivo, el sexo ya no es algo obsceno como antes, pero ahora se ha tornado en carácter demasiado explícito, demasiado comercial y se presenta como algo superficial, egoísta y ante lo que hay poca información, los maestros deben esforzarse por que sus alumnos encuentren interés en la asignatura y así sean estos mismo los que sigan formándose por su cuenta, la educación debe ser universal.  la enseñanza debe ser pluralista como la sociedad.

FUENTE BIBLIOGRÁFICA

ARANGO Beatriz Elena., Texto Unilibrista

CEBRIAN, M., (1997). Nuevas competencias para la formación inicial y permanente del profesorado. Universidad de Málaga – España.

GRAMSCI, Antonio (1983) La Formación de los Intelectuales. Grijalbo, México

SAVATER, Fernando. El Valor de Educar

[1] GRAMSCI, Antonio (1983) La Formación de los Intelectuales. Grijalbo, México.

[2] ZULETA, Estanislao (1986) Arte y Filosofía. Edit. Perfección, Medellín.

[3] CEBRIAN, M., (1997). Nuevas competencias para la formación inicial y permanente del profesorado. Universidad de Málaga – España.

[4] ARANGO Beatriz Elena., Texto Unilibrista

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